Una API (Application Programming Interface) es una interfaz que un sistema expone para ser utilizado por otro. Esta interfaz, es conceptualmente una lista de operaciones y consultas de nuestra plataforma. Por ejemplo, cuando nos registramos en una plataforma B con la cuenta que ya tenemos en una plataforma A, estamos permitiendo a la plataforma B que acceda a nuestros datos mediante la API de la plataforma A. En ese caso podemos decir además, que la plataforma B tiene una integración con la plataforma A.
Este tipo de integraciones se suelen hacer para mejorar la experiencia del usuario. En el ejemplo anterior, evitamos al usuario tener que reescribir datos personales que ya conoce la plataforma en la que está registrado y nosotros simplemente damos permiso para que las dos compartan información.
Tener una API pública supone un desafío para las empresas, hay que documentarlas correctamente y asegurarse de que no suponen ningún problema en términos de seguridad. Sin embargo, el valor que aportan al usuario hace que merezca la pena, permitimos que este pueda utilizar datos y operaciones de nuestra plataforma desde otras que nosotros ni siquiera tenemos por qué conocer.
Muchas veces no hace falta ni siquiera que la otra plataforma conozca la nuestra, porque podemos tener API’s “pegamento” como Zapier, que se encargan de conectar las dos. De esta forma, es el usuario el que tiene todo el control y puede automatizar flujos de trabajo únicos.
En Bounsel, queremos que el usuario aproveche al máximo su tiempo y adapte nuestra plataforma a sus necesidades. Para lograr esto, hemos lanzado nuestra API pública y estamos ultimando nuestra integración con Zapier. ¿Nos unimos?